martes, 16 de abril de 2013

Arenales 113: Día previo y natación!

Después de pasar una semana agónica encerrada en mi mismo, sin querer saber nada de nadie, con muchos nervios y sobre todo, muchas dudas, empezaba a ver el final de la semana. 
Al principio de la semana, todo eran ganas de hacerlo. Me sentía fuerte físicamente y psicológicamente, pero este último factor fue decayendo de manera empicada... Creo que el principal motivo fueron las 2 horas de charla con el entrenador el martes por la tarde. Me hizo ver de verdad lo que iba a hacer. Y no es que no lo supiera, es que en estos últimos días en los que todo era felicidad se me había olvidado lo que iba a ser tirarse al agua con tanta gente, en el agua fría del mar (quizás con oleaje), pedalear con desnivel considerado y con viento, ya que llevamos una temporada que sopla todos los días, o correr por las cuestas con una pendiente muy fuerte, subir los 75 peldaños las dos vueltas del recorrido a pie, o el paso de dunas...
Sea lo que fuere, y por resumir un poco la semana, me planté el Sábado por la tarde, a las 16.50 con la bici metida en el coche y con la increíble compañía de Vanessa. Tocaba correr para recoger dorsal y dejar la bici en boxes, pues a las 18.00 cerraban, aunque luego no fue así debido a la gente que había esperando.
De entre las pocas cosas malas (o mejor dicho, a mejorar) de la organización, fue el reparto de dorsales, chips, gorros, etc. Quizás hubiese sido más rápido darlo todo de golpe, y no tener que esperar en cada cola, para ir cogiendo cosa a cosa, aunque imagino que todo eso tendrá un por qué. 
Así que después de aproximadamente 35 minutos de colas y desesperaciones, conseguí salir de la carpa de la organización con mi chip, mi dorsal, mi gorro y mi bolsa del corredor. Era hora de colocarlo todo corriendo mientras nos poníamos en la cola para que un juez revisara la bici y poder al fin entrar a boxes.
Pegatina en el casco, dorsal en la bici, revisan los frenos de la bici, comprueban DNI... Listo!! Ya puedo entrar a boxes! Y vaya boxes!!! dos pasillos muy largos llenos de bicis, a cual mejor! Costó trabajo encontrar mi sitio, pero lo encontré! Cuelgo la bici, saco los bidones, desinflo las ruedas... todo listo, Hago una par de fotos para el recuerdo y fuera del box! Era hora de hacer tiempo hasta las 19.00 que había un briefing con la organización, así que nos acercamos a la playa a ver la disposición de las boyas.


La reunión pasa sin pena ni gloria, mas que recordando lo típico de no ir a rueda, no arrojar basura... un sin fin de cosas que todo deportista debe saber y que en la carrera me di cuenta de que no todo el mundo lo respeta...
Después de estar hablándolo con mis padres durante un tiempo, al final decidí dormir en casa y no en hotel por la zona, aunque al día siguiente me tocara madrugar, por lo que vuelta a Murcia para cenar y a las 23.30 descansar.
A las 05.20 ya estaba en pie, haciendo mi desayuno kilométrico hecho por Juanjo, mi dietista de la clínica Cardiosalus. Un poco de todo para reponer lo que se perdió durante la noche y sobre todo, hidratación, iba a ser fundamental para el día de calor que se preveía.
Pero no fue precisamente calor lo que me encontré al llegar... A las 7 am, 10ºC y el sol quería empezar a hacerse hueco en ese día.
Tenía que tomar la salida a las 07.50 pero antes tenía mil cosas por delante: Preparar el cesto con las cosas de bicicleta y de correr, darle aire a las ruedas, preparar el casco, ponerme el neopreno, preparar la disposición de geles, tomarme una barrita, hidratarme, calentar... Fui muy justo de tiempo la verdad, pero conseguí hacer todo lo que necesitaba justo antes de que avisaran los jueces para abandonar el box.
Protector solar y un poco de vaselina en las articulaciones, fueron las últimas cosas que hice antes de abrocharme el neopreno, ponerme las gafas y el gorro blanco (para distinguir categorías) e ir hacia la playa a calentar.
La arena de la playa estaba fría para ir descalzo, pero es que el agua... Estuve unos minutos solo con los pies metidos, esperando a que se acostumbrasen mis pies a ella, pero al final opté por meterme y nadar un poco. La verdad es que no dio mucha impresión. Estaba fría, pero tampoco nada del otro mundo.
Empieza a sonar megafonía, nos llaman a la cámara de salida a mi categoría, pues somos los segundos en salir. 3,2,1... empieza arenales 113 con la salida femenina!!!!
Pasamos ahora uno a uno como cuentagotas a la cámara de salida y al fin nos situamos a la orilla del agua. Muchos nervios en mi cuerpo y aquí me paro y explico:
En mi salida, la segunda, estábamos la categoría de 20-24 años (creo que era el más joven) y los élite. 
teniendo en cuenta que soy un negado para el agua y que no quería agobiarme, decido ponerme un poco a un lado y hacer unos metros de más, pues no me importa con tal de evitar empujones, patadas, manotazos... 
Tenía claro que esto no es nadar en piscina, y es por eso que tenía una imagen en mi cabeza desmesurada de la salida. Para mi sorpresa no fue así. entramos al agua corriendo y cuando me llegaba casi a la altura del pecho me lanzaba al agua a dar brazadas. Una tras otra sentía que avanzaba, que me desenvolvía bien, pero cuando se me pasó la adrenalina del momento, el frío se apoderó de mí. Cabeza, manos y pies (donde no cubre el neopreno) se me paralizaban. Apenas tenía sensibilidad y sentía miles de agujas pinchando. Una sensación malísima. Probé a nadar de espalda y no fue mal. Iba adelantando a gente y no tenía por qué meter la cabeza en el agua. Genial!! era lo que buscaba, y más teniendo en cuenta que iba con la idea de quitarme la natación como fuera, sin forzar. 
Cada 10-15 brazadas de espalda me giraba y nadaba a croll otras 10-15 y así corregía también la trayectoria para ir lo más recto posible, aunque no me torcía para nada yendo de espalda.
Pasada la primera boya, que era un poco mi barrera psicológica, me doy cuenta de que estoy demasiado bien, que no estoy forzando y que estoy avanzando, así que, ¿por qué cambiar la táctica?. Sigo igual hasta la segunda boya, donde decido que ya estoy más caliente y que tengo que empezar a nadar a croll si quiero hacer un tiempo mediocre.
Si antes eran miles de agujas, ahora son millones. Se me hace muy incómodo el meter la cabeza, pero en una de las veces que salgo a tomar aire, veo a mi lado a un hombre nadando y veo que lleva un poco rara la técnica. Le vuelvo a mirar y veo algo extraño. Nado a braza esta vez, solo por curiosidad, y me doy cuenta de que es un hombre que le falta un brazo, está nadando con un solo brazo y con el muñón! No os podéis imaginar el aliento que me dio para echarle huevos y meter la cabeza bajo el agua, llegando así hasta la tercera y cuarta boya.
Ahora queda lo más fácil. Llegar de la última boya a la orilla, unos 450 metros aproximadamente... La gente sube el ritmo y yo me dejo llevar con ellos... Empiezo a ver el fondo con claridad y veo que este se acerca cada vez más a mí. Miro a mi alrededor en una de las brazadas y veo que gente intenta echar pie a tierra sin conseguirlo, pues apenas llegan de puntillas, pero yo estoy avanzando con rabia y considero que andando iría más lento así que apuro hasta que el agua me llega a la cintura y decido ponerme en pie. Lo peor ha pasado. Me pongo las gafas en la cabeza, me bajo la cremallera del neopreno y ya solo falta desabrocharme el velcro pero... Algo falla!!! No puedo desabrocharmelo!!!! He salido temblando del agua, apenas noto la suavidad de la arena en la planta de mis pies, paso por las duchas de agua dulce y no noto el agua caer por mi cara, y para colmo, no tengo sensibilidad para distinguir las dos partes del neopreno y tirar para separarlas! No hay tiempo para pensar, así que salgo corriendo hacia el box y ya se me ocurrirá algo por el camino.
Quizás si tiro fuerte por la espalda.... BINGO! neopreno desabrochado!! lo bajo hasta la cintura mientras sigo corriendo, oigo gritos de ánimos para mi de mi entrenador y sigo, concentrado para no pasarme la bici.
No me ha supuesto mucho trabajo encontrarla, pero ahora viene la parte chunga, la transición.
Caótica creo que sería la palabra que la define. Problemas para quitarme el neopreno, problemas para ponerme los calcetines y compresoras, problemas para todo. Mi cuerpo no respondía, la sensibilidad en pies y manos era escasa y no atinaba a ponerme las cosas.
Después de 6 minutos desde que salí del agua (he de decir que al menos 1 minuto y medio se iba hasta llegar a la bici) estoy más que listo para coger la bicicleta, así que descuelgo la bicicleta, y con las calas empiezo a correr por el box, empujando a la bici desde el sillín.


Tenía intención de seguir escribiendo, pero siendo sinceros, me he parado a hacer un descanso y con las imágenes que están llegando de Boston tras lo ocurrido en la maratón, no tengo estómago para seguir contando cosas. Así que con la piel de gallina, siento decir que mañana intentaré terminar la crónica y contaros las experiencias que, por desgracia, hoy mucha gente no ha podido tener al cruzar la meta.



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