06.10 de la mañana del 3 de Noviembre.
Suena el despertador. Desde el primer segundo que salto de la cama y abro los ojos, algo me dice que no es lo mismo que otros días, que algo ha cambiado.
He descansado toda la noche, no estoy nervioso, tengo ganas, siento ese gusanillo interno pero es sano, no me destruye por dentro.
Desayuno con paciencia un desayuno fuerte, pensando en mis cosas, como si de otro día cualquiera se tratara. Vuelvo a la cama para aprovechar 10 minutos hasta que despierto a Vanessa. Algo me dice que empieza un día intenso...
Son ya las 08.00 de la mañana y estoy abajo de casa, en la salida. Salía tan cerca de casa que si me caía por la ventana estaba en la meta, y eso es una ventaja para apurar tiempos a esas horas de la mañana.
Murcia está volcada con el running. Hay muchísima gente para ser tan temprano, parece que hoy se va a consagrar como día del corredor en Murcia.
Y así me lo demostró Murcia y sus gentes en la salida de la I Maratón de Murcia en la que, hasta llegar al final de la primera avenida centenares de personas se agrupan a ambos lados creando un ambiente caluroso y propio para llevar a cabo los 42195 metros.
Por mi parte, acompañado de Pedro y su amigo Daniel, todo se hace muy ameno la primera hora en la que me da tiempo a recorrer 15 kilómetros. El ritmo es buenísimo, las sensaciones aun mejor. Voy fresco, sin mirar si quiera el pulsómetro y disfrutando cada metro, sabiendo que a la vuelta de cualquier esquina, está el famoso muro contra el que se topan muchos que intentan completar esta distancia.
Ajeno a este muro, sin pensar si quiera si existe y dónde está, me quedo solo en el kilómetro 15. Pedro ya ha hecho su trabajo (trabajazo) de acompañarme la primera hora. El me hacía de liebre y así entrenaba rodeado de gente ese día. Ahora le tocaba hacer no se cuantos minutos a su ritmo infernal por debajo de 4 minutos el kilómetro, es un animal.
Sin entender muy bien por qué, voy solo, con corredores a unos 70-80 metros por delante y por detrás, pero nadie conmigo. No importa, la verdad que lo prefiero ya que hoy estoy contento, llevo mi ritmo y no quiero entorpecer ni que me entorpezca nadie.
Paso con ganas el kilómetro 21, la media maratón, en 1 hora 32 minutos y ya tengo mi mente puesta en el kilómetro 24 donde me recogerá Javi, que me va a acompañar en bicicleta, si no pasa nada, hasta el final.
Y menos mal...
A partir del km 27 empiezo a notar cómo mis músculos pesan demasiado y no responden tan rápido como me gustaría. Javi, desde la bici, intenta convencerme de que el resto llevan una cara mucho peor que la mía, pero poco a poco me voy quedando sin fuerzas hasta para fijarme en el resto de los corredores. Tan solo sé que cada unos cuantos metros, paso a corredores que ya van andando.
No se si eso era exactamente el muro, pero si se que me topo con el kilómetro 31, donde bajo el ritmo y me quedo hecho un zombie hasta que, en el kilómetro 36 aproximadamente, tras parar a hacer pipí porque llevaba ya un dolor de aguantarme las ganas que no era sano, me recupero y puedo recuperar ritmo para encarar la última parte.
Quizás no estaría contando esta versión si Javi no hubiera estado con la bici desde el kilómetro 24.
Geles, agua, isotónica improvisada diluyendo un gel en agua, palabras de ánimo y seguridad con su compañía consiguen que llegue a la avenida Juan Carlos I, a punto de romper psicológicamente, y entrar a meta chocando las manos de Vanessa, Pablo y Miguel Ángel con un tiempo de 3h 22 minutos.
Es mi primera maratón, tengo 20 años, he entrenado tan solo 2 meses debido a una lesión, estuve semana y media con gripe casi sin poder entrenar... En definitiva, llevaba tiempo sin encontrarme hasta este día. Aunque mis objetivos fueran algo mejores que los resultados obtenidos, estoy MUY SATISFECHO con el resultado obtenido. Quedé 4º en categoría promesa y 205 en la general de más de 1600 finisher.
Detrás de este tiempo, hay muchos factores. Muchos entrenamientos, muchos madrugones, muchas horas. En definitiva, mucho sacrificio.
Mi objetivo no era más que el de completar la distancia lo mejor posible, y como si el título de una película se tratara, poder decir que soy: MARATONIANO A LOS 20 AÑOS.
Esta semana cumplo años, y se que no era lo mismo serlo a los 21. Manías...
Por cierto, aunque al terminar dijera a todo el que me preguntó que no lo volvería a intentar hasta dentro de mucho, he de decir que ya he decidido que si no antes, el año que viene repito, a ver si podemos mejorar el tiempo.
Well done superhero
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